¡Mierda! Otros zapatos de setecientos dólares sacrificados por mi total falta de elegancia en situaciones tensas. Dispuse de unos segundos. Segundos de paz si hacía caso omiso a los bocinazos coléricos y las diversas versiones de <<gilipollas>> que me llegaban de todas direcciones.
El diablo viste de Prada de Lauren Weisberger
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